Se acerca Álvaro Pons al por qué del declive de los tebeos de superhéroes con dos premisas iniciales: la generación con la que nacieron ha envejecido y las editoriales han perdido el paso. Madurar.
«Pero siendo esta contradicción un conflicto a resolver, creo que el verdadero problema es que las editoriales de superhéroes han querido quedarse con todo el pastel, no dejar escapar a los aficionados más adultos y, a la vez, meter en redil a los más jóvenes. Y el resultado, obviamente, es un desastre. Los personajes se agotan en cada resurrección, gastando energías inútiles en historias mil veces contadas por absurdas imposiciones editoriales que piensan que la misma receta funcionará mil veces. Y, por otra parte, esa misma imposición industrial marcada por la explotación de las franquicias atenaza la necesaria libertad que los autores deben tener para que los personajes evolucionen ante un lector adulto.
No es un problema del género de superhéroes: hay ejemplos que demuestran que se pueden hacer grandes tebeos de superhéroes para el público adulto.»