Elisa G. Sánchez-Albornoz también es Gallega y emigrante, en Madrid, y desde la contradicción entre los sentimiento de morriña, orgullo y rabia, reflexiona sobre
Los efectos de la marea negra para las mujeres gallegas: “después de toda catástrofe “natural” y mientras perduran los efectos de esta, se disparan los índices de violencia, y particularmente de la violencia de género hacia las mujeres. Sobre ellas caerán los efectos postraumáticos de la catástrofe, el efecto del paro, de las depresiones psicológicas…Ellas serán las que aguatarán a los hombres deprimidos de su entorno, a los que se darán a la bebida, a los que canalizarán su ira con las manos…ellas tendrán que sacar fuerzas de donde no tengan para seguir adelante. ¿Qué precio le ponemos a este efecto indirecto del vertido de crudo, quién lo asume?.”