Bastante completa mirada al avance de la xenofobia en los partidos políticos europeos, no sólo en el crecimiento de la extrema derecha, sino en la peligrosa deriva de partidos de gobierno: Xenofobia en tiempos de crisis, por Esteban Ibarra.
«El populismo xenófobo aporta respuestas simples a realidades complejas para movilizar el máximo de votos posibles mediante el uso de promesas no realistas, siempre falaces y oportunistas. Utiliza los miedos y emociones de la gente, recurre a estereotipos y prejuicios, estigmatiza y criminaliza a colectivos enteros convirtiéndoles en dianas del odio mediante un “nosotros contra ellos”. La política puesta en marcha por Sarkozy, su fichero gitano, sus órdenes policiales y deportaciones “voluntarias” a cambio de dinero, van en ese sentido.
Pero la realidad, como ya hizo Berlusconi, es que expulsan a familias, con ancianos y niños, mediante amenaza y fuerza, echándoles de los lugares en los que habitan; expulsiones colectivas realizadas bajo criterios de discriminación étnica, denunciadas con acierto por la Comisaria Europea de Justicia, Viviane Reding. No se plantean planes de integración, alimentan un clima antigitano con un discurso político xenófobo y racista que pone en peligro la seguridad de las personas, cuestionan el respeto por los derechos humanos y convierten en papel mojado las bases humanistas de la construcción europea y, entre otras, las directivas de libre circulación e igualdad de trato.
Otra de las consecuencias perniciosas del “tsunami xenófobo” es su impacto en el discurso y políticas de inmigración, como se ha puesto de manifiesto en Alemania con la CDU de Angela Merkel, dando por fracasado el “multiculturalismo” y preparando un listado de inmigrantes que rechazan los cursos de “integración” basados en la lengua y en los valores cristianos. Próximo a esta posición está la propuesta programática en España del PP en Cataluña quienes insisten en no empadronar a “inmigrantes sin papeles” y que la inmigración abusa de la sanidad.»