En su reseña de una biografía de Sibelius Gabriel Jackson traza el perfil del compositor finlandés, marcando el contraste entre su vida pública, muy implicado en los muchos acontecimientos históricos de la época, y su faceta de compositor. El gran silencio de Jean Sibelius.
«Sus grandes modelos en el marco de este empeño fueron Beethoven y Bruckner. En sus años de estudiante había quedado también enormemente impresionado por las óperas de Wagner que vio en Viena y Berlín. Conscientemente o no, adoptó varios de los característicos empleos wagnerianos del metal, e intelectualmente compartía abiertamente el interés de Wagner por la literatura y la música folclórica de sus compatriotas (aunque no su antisemitismo). Sin embargo, en la década de 1890, cuando su reputación y, por tanto, sus ingresos, dependían casi enteramente de proporcionar música para textos poéticos o dramáticos, estaba también pensando constantemente en maneras de crear una música puramente instrumental. Y a la hora de componer sinfonías, Sibelius acudió principalmente en busca de guía a Beethoven y Bruckner (y quizá también a Tchaikovsky cuando se escucha su Primera Sinfonía).»