Supongo que todos ustedes notan cómo son multitud los niños que se han convertido en los jefes de sus familias, en pequeños tiranos que dominan por completo a sus padres. Pocos llegan al extremo de la violencia física, pero sembramos el germen de la frustración y la intolerancia. Enrique Rojas trata el tema en Los niños que maltratan a sus padres.
«Otro factor importante es saber administrar inteligentemente las compras, regalos, caprichos… Debe tirarse a la baja, porque de un niño muy regalado y consentido no se pueden esperar muchos esfuerzos. A los padres debe explicárseles la importancia del binomio premio y castigo: premios pequeños y concretos y castigos firmes y sin violencia. Esto es lo que hace la vida con nosotros: nos premia y nos castiga según nuestra trayectoria personal.
En esta línea, los padres también han de aprender a motivar a sus hijos en el ámbito de la voluntad, pieza esencial en el proceso educativo, y hacerlo mediante una especie de tabla de ejercicios: la costumbre de vencer en lo pequeño.
Muchos padres tienen el síndrome de burnout, de estar quemados: su estado de agotamiento es enorme y han arrojado la toalla por la dureza del guión. En esos casos, ante la grave distorsión de la vida familiar, puede ser bueno un cambio de ambiente y que el niño vaya a vivir con una familia de confianza que le inculque disciplina. Si esto no es posible, se le puede enviar a un internado estricto.»
2010-11-02 21:15
En México, el problema es grave, los hijos se han convertido en unos inquisidores, recuerdo que uno de mis alumnos, un verdadero granuja, casi golpea a su madre cuando esta le reprende por su actitud rebelde que tenía en la escuela.
Muchos de nosotros, que somos de otra época, dificilmente podiamos contrariar a nuestros padres; mucho menos alzar una mano contra ellos.
Hoy las circunstancias han cambiado y los hijos pueden ofender, gritar y hasta golpear a los padres.
En México, se esta exportando el modelo norteamericano, y poco a poco son pocos los padres que la libran con las actitudes rebeldes de los hijos y con su agresividad.
Se ha roto el principio de autoridad, se flexibilizaron las relaciones entre padres e hijos, y hoy en México, tenemos una grave crisis de violencia.
¿ A dónde están los padres de los narcotráficantes? ¿ A dónde los padres de los delincuentes?