Que somos espiados en todos nuestros moviemientos en la internet ya se sabía. Que medidas como la LSSI abren un terreno minado para las libertades personales y los derehos civiles también se ha comentado profusamente. Pero
David de Ugarte nos habla ahora de un cambio de tendencia en el espionaje: “De repente las políticas de control de la población civil, empiezan a centrarse no tanto en qué se comunica como con quién y cuando. [...] El estado debe conformarse con las variables flujo. Así que la frontera de la intimidad se mueve de lo que contamos a la información sobre a quién y cuando se lo contamos, de lo que pensamos a los libros que leemos. En una palabra, de lo que decimos a la información sobre cómo nos relacionamos. La arquitectura de nuestra red personal.”
El Gran Hermano ya no abre el correo.