Escribe Ricardo Treviño sobre las peculiariades de la edición de cómics en catalán, con decisiones polémicas y múltiples dificultades que llevan a tomar cuidadas decisiones editoriales sobre en qué idioma publicar primero o en qué lengua editar determinados géneros: Wilson, l’últim còmic de Daniel Clowes.
«Glénat, en cambio, trabajando con Yude Tamago (Kinnikuman) y una obra que sólo había sido retransmitida en catalán, debió de ver difícil la rentabilidad de su edición en castellano, y de ahí, tal vez, su decisión. Es como editar cómics de Marvel o DC en catalán. El fan de aquí ha conocido toda la vida a estos superhéroes, personajes ya icónicos en la cultura, en castellano. Intentar venderlos ahora como Ciclop, Capità América, Llanterna Verda o Detectiu Marcià es muy complicado.
La novela gráfica, al no pesarle este lastre de la continuidad de las seriación ni de la versión animada en televisión, se encuentra más liberada a la hora de que un público bilingüe la acepte en un idioma o en otro, sin obviar la tradición mayoritariamente en castellano del medio. Personalmente, a la hora de coger una edición u otra me he centrado en la calidad de la traducción o en el diseño de la edición y no en la lengua utilizada.»