Qué magnífica la historia de, Johann Trollman, El boxeador gitano que ridiculizó al Tercer Reich, al que, tras ganar el título alemán ante un ario, obligaron a volver a pelear pero sin poder recurrir a su estilo gitano. Lo cuenta Guillermo.
«Los jueces ordenaron parar la pelea y declararon un empate. La multitud enfurecida se rebeló y exigió a reconocer ganador a Johann. Los jueces, a punto del linchamiento, se vieron obligados a declarar finalmente campeón a Trollman.
Johann lloró de felicidad en el ring, y precisamente esa fue la excusa para que tan solo seis días después le fuera retirado el título.
La razón oficial: “Pobre comportamiento” (¡llorar en el ring!) y “Mal boxeo”. La verdadera razón: ser gitano (Sinti).
Dos meses después se organizó un nuevo combate en el que Trollman fue obligado a participar. Las autoridades nazis querían vengar la derrota de Witt y acabar con la peligrosa popularidad del joven gitano… pero no podía quedar ningún cabo suelto.
Prohibieron terminantemente a Trollmann moverse del centro del ring y utilizar su famoso baile de pies para esquivar los golpes, de otra forma perdería su licencia.»