Bruno, Galileo, Darwin y Robert Edwards; es el repaso a herejes famosos que la Iglesia persiguió de uno u otro modo. Lo cuenta Juan Gabriel Vásquez en Hablemos de los herejes.
«O hablemos de Darwin, por qué no hablar de Darwin. En 1871, tras años de ser insultado y humillado por las autoridades católicas de todo el mundo, publicó Descent of Man, y el catolicismo de todo el mundo le cayó encima. El médico católico Constantin James escribió todo un libro para decir que las tesis de Darwin eran “fantásticas y burlescas”, y enseguida lo mandó al papa Pío IX, que le agradeció en una carta famosa por “refutar las aberraciones del darwinismo”. Luego le pidió al mismo James que escribiera un nuevo libro para subrayar las afinidades entre el Génesis y los descubrimientos de la ciencia moderna. El libro se llamó Moisés y Darwin: el hombre del Génesis comparado con el Hombre mono, y la educación religiosa comparada con la atea.»