Ayer recibió el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que por encima de cualquier controversia o apreciación ideológica es un escritor magnífico. Así que hagamos lo que hay que hacer con los buenos escritores: leerlo. Por ejemplo este artículo de 2005, El dato escondido.
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En alguna parte, Ernest Hemingway cuenta que, en sus comienzos literarios, se le ocurrió de pronto, en una historia que estaba escribiendo, suprimir el hecho principal: que su protagonista se ahorcaba. Y dice que, de este modo, descubrió un recurso narrativo que utilizaría con frecuencia en sus futuros cuentos y novelas. En efecto, no sería exagerado decir que las mejores historias de Hemingway están llenas de silencios significativos, datos escamoteados por un astuto narrador que se las arregla para que las informaciones que calla sean sin embargo locuaces y azucen la imaginación del lector, de modo que éste tenga que llenar aquellos blancos de la historia con hipótesis y conjeturas de su propia cosecha. Llamemos a este procedimiento ‘el dato escondido’ y digamos rápidamente que, aunque Hemingway le dio un uso personal y múltiple (algunas veces, magistral), estuvo lejos de inventarlo, pues es una técnica vieja como la novela y que aparece en todas las historias clásicas.»
2010-10-09 20:59
No sé por qué en todas partes tiene que aparecer la referencia a la ideología, es un premio de literatura y para un genio de lenguaje. Es aburrido como la política tiene que meterse en todo, deberíamos empezar a ver que hay vida más allá de los tópicos de los clichés ideológicos.