Claro y rotundo: no existiría la telebasura si no existieran espectadores que la consumen. En la cloaca en la que se ha convertido la mayor parte de los programas de televisión, el espectador tiene un 50% de responsabilidad. Habla de ello Tercera Opinión. Telespectadores basura. Vía Im-Pulso.
«En este mundo en el que vivimos, si a un tipo le da por emborracharse día sí, día también, no tenemos reparos en decir que es un alcohólico; si ese mismo tipo lo que hace es ponerse de droga hasta arriba, no dudamos en llamarle drogadicto; en cambio, en esta sociedad tan políticamente correcta, no encontrará usted a un solo medio de comunicación capaz de calificar a aquellos consumidores de telebasura como telespectadores basura.
Como la palabra telebasura ya tiene su propia definición en la RAE, quizás sea el momento de solicitar la incorporación de otras palabras como espectador-basura. Seguramente esta acción no conseguirá que éstos dejen de consumirla y dediquen su tiempo y neuronas a otros menesteres más productivos, pero por lo menos podremos referirnos a ellos con un nombre determinado y distinguirlos del resto de telespectadores.
Otra palabra que también debería incluirse es empresa-basura, en referencia a todas aquellas empresas que se gastan una pasta en contratar a famosos de prestigio para dar caché a sus productos, y en cambio sus anuncios aparecen en mitad de un programa en el que, un día dos concursantes follan ante las cámaras, al día siguiente se pegan y al otro se insultan gritando “hijo de puta”. La semana fantástica.»