Los que no conocemos Ciudad de México empezamos a tener pocas ganas de conocerla: violencia extrema, tráfico intransitable y aire irrespirable. ¿Es sólo un ejemplo de ciudad futurista?
Carlos Mosivais habla del fin de las ciudades como de un hecho más o menos próximo, pero inevitable: “los proyectos surgen a sabiendas de esa agonía urbana que se expresa en las maldiciones por los embotellamientos, y en las enfermedades de las vías respiratorias, y en el miedo a los asaltos, y en el terror de ya no disponer de esa maldita especie en vías de extinción, el empleo. El fin de la ciudad es el fantasma que sojuzga las vivencias urbanas, y es la alegría secreta de estar aquí antes de que ocurriera.”
Del cultivo del alma en los embotellamientos.