De cómo la represión lleva a la explosión, una visión de Elia Martínez-Rodarte del Sexo victoriano.
«Todas las comunidades que se ahogan en la mochez y la represión explotan por lo más blandito. Era de un grado recalcitrante el conservadurismo en la sociedad inglesa victoriana, que incluso había familias que modificaban su apellido si este aludía un poco a una palabra obscena o a los genitales.
Las muchachas eran recatadas, pero se masturbaban con compulsión. Los hombres se cachondeaban casi por cualquier cosa. Si veían un tobillo conseguían una erección de carpa de circo en sus pantaloncitos. Las patas de los muebles, desde sillones hasta pianos, eran escondidas a la mirada de la gente para que no provocaran malos pensamientos. O más erecciones como las antes citadas.»