Hace Vicente Romero balance del propósito que en el año 2000 147 jefes de estado sellaron para reducir drásticamente el hambre y el desamaparo en el Mundo en 15 años, balance que es evidentemente negativo: La utopía de 2015.
«Las preguntas que surgen son tan elementales como evidentes las respuestas: ¿Se puede acabar con el hambre sin impedir la especulación financiera sobre los alimentos básicos en la Bolsa de Chicago? ¿Se puede ser eficaz en Salud sin romper la normativa de patentes que impide a multitudes enfermas acceder a medicamentos de última generación en beneficio de las grandes empresas farmacéuticas? ¿Qué se puede esperar de un Banco Mundial cuyo proyecto más costoso en África ha sido un oleoducto para que las multinacionales petroleras se lleven el crudo de Chad, mientras niega desde hace años unos fondos relativamente modestos para irrigar el sur de Níger y conjurar una constante amenaza de hambruna?»