Ahora que sobrepaso los treintas, me sabe bien hablar de alguien de 38 como “una persona joven”. Noel Ceballos habla del proceso de compra de más años de juventud para la sociedad. Claro que él tiene sólo 25 años, el muy capullo. What’s my age again?.
«Cumplí 25 años en julio, lo que significa que esa zona especial ultrasecreta de mi cebrebro se acaba de activar o se está activando mientras escribo estas palabras. No lo sé, aún no he notado nada. No me siento más adulto, pero sí siento que artículos como el de arriba responden a una pulsión social que precede de mi generación y que, de hecho, tiene su origen en los baby boomers, la primera generación que convirtió la adolescencia en mercado, fetiche y edén autocombustible (no necesariamente en ese orden). Desde entonces ha existido una glorificación de la juventud que, inevitablemente, condenó a las generaciones posteriores a ingresos progresivamente más traumáticos en la edad adulta. La Generación X lo pasó tan mal que sus miembros siguen mostrando secuelas psicológicas más que evidentes. Prueba A: su fetichización patológica de la cultura juvenil les ha llevado a organizar cosas como newmindspace.com (o su adaptación local con motivo de la Noche en Blanco), casi intentos desesperados por volver hacia atrás en el tiempo. Prueba B: las películas de Adam Sandler.»