Luis Manuel Ruiz inicia una serie de entradas en su blog intentando responder a una pregunta que él mismo enuncia: “El objeto del presente post, y de los siguientes, es dilucidar por qué la gente viaja”. Sobre el viaje, 1: los amigos del punto fijo.
«El objeto del presente post, y de los siguientes, es dilucidar por qué la gente viaja. Qué hay de meritorio, envidiable o lúbrico en el viaje (en lo que llamamos viaje) que haga a los hombres (y mujeres) planearlos con denuedo durante su época de trabajo y desvelarse con los posibles inconvenientes o promesas que pueda traer. El ansia, la obligación de viajar se ha vuelto tan perentoria que aquel que confiesa que prefiere permanecer en casa es mirado con cara de alarma, como si hubiera revelado que acaba de descubrirse un bultito en la axila. Y sin embargo a no todo el mundo le gusta viajar, aunque nadie lo diga en voz alta para que no le retiren la palabra. Los motivos de dicho rechazo suelen ser los mismos en todos los casos: el verdadero viaje comienza y termina en el sofá de casa.»