Sergio Ramírez perfila la figura de Joe Arpaio, sheriff del condado de Maricopa, Arizona, descendiente de inmigrantes italianos que destaca por su dureza en la persecución del crimen y, ahora, de los inmigrantes: Un sheriff del Lejano Oeste.
«Un descendiente de inmigrantes, de lo que por paradoja se siente orgulloso, que persigue a otros inmigrantes sólo que latinoamericanos, tristes y pobres, sin hogar, arrastrados por la tormenta de la miseria, a quienes desprecia y considera de antemano criminales. Y lo hace bajo atribuciones que él mismo se ha concedido, porque la inmigración es un asunto de las leyes federales y él es un funcionario local. Un funcionario elegido, sin embargo, nada menos que cinco veces desde que se presentó por primera vez, en 1992, como candidato a sheriff del condado de Maricopa, y que goza de inmensa popularidad gracias a sus desplantes autoritarios y a sus proclamas de “aquí yo soy la ley”, al mejor estilo John Wayne. Tan popular que si se decidiera a ser gobernador del estado de Arizona derrotaría a Jan Brewer, que ocupa actualmente ese cargo, a pesar de haber sido ella la promotora de la célebre ley SB 1070, que autoriza la persecución indiscriminada contra los inmigrantes, una ley discriminatoria y racista.»