“En un país en crisis, donde tantas cosas faltan, lo único que no escasea son los poetas. También los pájaros, como nos advirtieron Hitchcock y Dafne de Maurier, pueden convertirse en una plaga. Y qué plaga. Escribir poesía es fácil y barato, está al alcance de cualquiera, no requiere grandes inversiones, ni siquiera saber escribir. Lo malo no es la abundancia de poetas, sino su obsesión por ser leídos. El poetastro, mientras se limite a desahogarse en renglones desiguales [...], resulta inofensivo e incluso entrañable. Sólo cuando le alumbra la luna llena de la vanidad se convierte en molesto moscardón o en bestezuela venenosa.” Mucho gorrión, mucho, y poco, muy poco mirlo. Pero a veces hasta los gorriones resultan simpáticos y uno piensa que los mirlos son hermosos, sí, pero deguellan a las crías ajenas…
Gato en pajarera, de
José Luis García Martín.