Un juez venezolano ha prohibido a los medios de prensa escrita del país publicar fotografías e imágenes de violencia, sangre, armas, escenas de guerra… sí, a los periódicos, es tan surrealista como parece. Íñigo Sáenz de Ugarte habla de ello. La violencia en Venezuela.
«La foto de portada que originó la polémica es de hace una semana. El Nacional, periódico de oposición a Chávez, ha centrado su cobertura reciente en la inseguridad ciudadana, un asunto dramático en Venezuela que es también un flanco de críticas permanentes al Gobierno. La criminalidad afecta a la mayoría de los países latinoamericanos pero en algunos de ellos, y es el caso de Venezuela, adquiere niveles espantosos.
La prensa sensacionalista utiliza en algunos países la información sobre delincuencia con intencionalidad política (un caso típico es el del Reino Unido). Hay otros ejemplos, como el de la información televisiva en España, en el que el objetivo es puramente comercial: ganar audiencia a cualquier precio. En ambos casos, el producto periodístico puede ser deplorable y los tribunales pueden verse obligados a intervenir, pero eso no justifica medidas de censura previa, ni siquiera bajo el principio de ‘¿es que nadie piensa en los niños?’»