Hay en la réplica de Ignacio Echeverría a Rosa Montero un algo de no te quiero entender, pero no está mal confrontar ambos argumentos: Saltarse páginas, era la recomendación de Montero a la que contesta el autor.
«cabría preguntar a Rosa Montero cómo puede un lector saber qué paginas van a resultarle tediosas sin haberlas leído. ¿O es que su recomendación se ciñe a las relecturas? Pero entonces…
La recomendación de Rosa Montero, por otro lado, pese a su acento marcadamente populista, contraviene la mecánica conforme a la cual las novelas populares tienden a engordar con toda suerte de levaduras narrativas, dando lugar a páginas y más páginas que los lectores más exigentes juzgan acaso tediosas pero que consumen con fruición esos otros lectores que, como quiere Montero, se sumergen sin prejuicios en la historia y disfrutan con todas sus ocurrencias. Con sus demasiadas notas, en definitiva.»
2010-08-14 17:23
Pues un servidor se ha leído de cabo a rabo La Montaña Mágica y no le ha sobrado ni una sola página. Y lo mismo ha sucedido con El Quijote, con Ana Karenina y con la mismísima Guerra y Paz. Sin duda el mío es un caso particularmente agudo de lo que Rosa Montero llama “una actitud negativa de paralizado sometimiento hacia los clásicos”. En fin. Habrá que vivir con ello.
http://antoniolopezpelaez.com
2010-08-14 19:46
Entiendo que Rosa Montero no habla de que sea obligatorio saltarse las páginas sino de que no hay que tener miedo a hacerlo. Cosa que ya decía Daniel Pennac en el decálogo incluido en Como una novela.
Evidentemente tu caso, Antonio, no es de “sometimiento a los clásicos”, así que no va contigo. Lo que dice Montero —creo— es que uno puede saltarse páginas y disfrutar de la novela sin sentirse un imbécil o sin sentirse un traidor hacia el “clásico” que la ha escrito.
Como dice Marcos en la introducción, aquí hay bastante de no te quiero entender.