Está utilizando Occidente a las mujeres afganas para mantener su presencia en el país por encima de las críticas? Íñigo Sáenz de Ugarte afirma que sí en un espeluznante artículo sobre la manipulación de lo que en principio sería una buena causa: La mujer como materia prima de la guerra de Afganistán.
«Lo que hay en la portada de Time con la imagen de Aisha, la chica afgana de 18 años horriblemente mutilada, tiene algo de eso y también mucho de propaganda en su versión más gastada y paradójicamente más efectiva. Ante la creciente falta de razones a la pregunta de por qué decenas de miles de soldados occidentales deben continuar en Afganistán, se intenta volver el debate del revés. La imagen obliga supuestamente a los contrarios a la guerra a que digan cómo se puede evitar que se comentan estas atrocidades sin la presencia de los militares extranjeros.»