Absence retoma su serie veraniega dedicada a los antiguos festivales de Sitges, con la publicación de crónicas que salieron en su momento para comentar el acontecimiento. 1974 – Sitges – Año siete.
«Respecto a la edición en sí, hay que destacar que consolidó al festival como un éxito de público que obligó a ampliar las proyecciones a la otra sala de Sitges, El Casino Prado. Además de los aficionados al género, también acudían espectadores esperanzados en la visión de algún desnudo. Salieron contentos con la orgía satánica de la película canadiense. También se inauguró con Barbarella, filme de 1967 no estrenado en España por su contenido sexy. La censura que había vetado algunos títulos en ediciones anteriores se mostraba, así, más generosa. Las películas extranjeras se seguían pasando sin subtítulos en la mayoría de los casos y, por primera vez, hubo ruedas de prensa con los invitados. El detalle más divertido, como podrán leer, fue la obligatoriedad de la corbata en los varones para poder entrar en la sala.»