Los que hemos sido oyentes de Radio 3 asistimos un poco desconcertados al desmantelamiento de esa emisora tal y como la conocíamos. No sé si es evolución natural o si ponerme de parte de los que quieren levantarse en armas indignados, pero mientras tanto me gusta leer el ejercicio nostálgico que hace Elvira Huelbes. Lo que queda de Radio 3.
«La Radio 3 de la que hablo era una Ínsula Barataria de música excelente (Diálogos 3, de Ramón Trecet, Rock 3, de Abitbol, Discofrenia, de Gloria Berrocal y Rodri y Tena…) y contenidos audaces, a veces muy inteligentes. La prehistórica solamente contenía los informativos y programas musicales que ya apuntaban alto. Eran tiempos de UCD en el gobierno.
Perdonen que me acuerde de los informativos porque se trató de un trabajo insólito y novedoso, aunque ya casi nadie se acuerde. Su equipo lo formaban Jesús Vivanco, ínclito jefe y padre amoroso, el ingenioso hidalgo Fernando González Heredia y quien les habla, aprendiz de todo: Radio 3 informa, Radio 3 vuelve a informar y Radio 3 informa otra vez. Nos fumigaron por faltarles el respeto a los padres de la patria, dijeron. Demasiado desparpajo en el lenguaje empleado quizás, pero faltar el respeto, no. Ojala pudiera enlazarles algún ejemplo, pero eso se quedó perdido en el limbo de los programas que nadie –ni nosotros mismos- se cuidó de guardar. Como diría Juan de Pablos: “¡Hummm… qué tiempos esos!”
Luego llegaron los programas de contenidos en los que la música era otro contenido, nada de florituras. La Barraca de Manolo Ferreras y Gloria Berrocal, Tris, Tras, Tres, de Carlos Faraco, quien reclutaba por los pasillos voluntarios para hacerle algún papelito en el programa: ¡qué manera de disfrutar! Caravana de hormigas, de Juan Ignacio Francia, Tiempos modernos, con Fernando Poblet (¿qué habrá sido de él?). Y Buscando el Norte, programa que tuve la suerte de compartir con el desaparecido José Antonio Muñoz, que había sido alma de Aguaviva, en los setenta (¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?).»