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Salvados por la poesía y agobiados por la realidad Víctor Paz Otero se agarra a las Memorias de García Márquez para no caer en el abismo de la realidad colombiana y aprovecha para discernir entre lectores: “Leer con inteligencia parece que en algunos casos es un ejercicio que se envilece con la senectud. Por eso habitualmente algunos jubilados confunden o no quieren aceptar, por inquina o por venenosa envidia, el propósito esencial que anima la construcción de un libro. Cuando se carece de grandeza interior y anterior, cuando se vive en perpetua y patológica decadencia, uno se puede dar hasta el lujo ridículo de suponer que alguien [...] escriba unas memorias sólo para reconstruir episodios de anodina y rigurosa irrelevancia.” Y no tan jubilados, añado.