Lo veo por la tele y me pongo enfermo, tengo que cambiar de canal. Es lo del Prestige. Las últimas noticias delatan una desorganización total, por parte de las autoridades, y un corazón total, por quienes salen a las playas a limpiar, aunque sea con una pala de plástico.
Manuel González Rodríguez escribe sobre la seguridad marítima, sobre los reglamentos y las instituciones que la regulan. Dice que no todo está tan mal, luego lo cuenta, y todo está mal. “Puedo asegurar al lector que cuando yo navegaba a finales de los sesenta y primeros años setenta, existían a mi juicio mejores estándares de seguridad que ahora.”
Alrededor del siniestro del Prestige.