Los nacionalismos ocultan poco más que catetismos. Así lo afirma Santi Benítez en un durísimo artículo contra la máxima: “yo soy mejor que tú porque yo soy de aquí y tú no”. Les sugiero mente abierta para leerlo: Som una nació… pues vale.
«A mí los nacionalismos siempre me han olido a queso rancio. El españolismo que huele a pies reivindicando un amor patrio de castañuelas y pandereta, un olor a pies que quiere reconvertirse en constitucionalista cuando ni siquiera votó a favor de la Constitución. Y un nacionalismo provinciano que reivindica fronteras con olor a calcetín viejo en donde no las hay desde hace cuatrocientos años.
¿Son diferentes? NO. Son lo mismo. Los mismos argumentos de catetos, las mismas reivindicaciones de las cuartetas del monasterio de San Millán, las mismas estupideces sobre el enardecimiento de razas inexistentes, de historia reinterpretada, de la mortalidad del cangrejo verde.»
2010-07-12 13:24
Coincido en una cosa, y creo que sólo en una, aunque importante: los nacionalismos, en su rama radical o extrema, son todos iguales. Hay una diferencia fundamental, claro, que es quién golpea primero. Pero dejémoslo.
Una pequeña aportación que refuerza la primera frase: uno puede hacer chistes sobre judíos, sobre enanos, sobre homosexuales… siempre habrá, claro, quién se ofenda, pero en general no pasa nada. Si haces un chiste sobre los nacionalistas queda de manifiesto su falta de sentido del humor.
Saludos