Catherine Argand entrevista a
Pascal Quignard: “Vivimos en 1571. Había que describir esta atmósfera de Noche de San Bartolomé. Las guerras de religión comienzan de nuevo. La mujer es divinizada. La muerte, adorada. La democracia es más violenta y menos igualitaria que en tiempos de Pericles. La técnica, el objeto de todos los fetichismos, y la juventud gregaria es peor que salvaje: desdomesticada, sicótica.”
El tiempo no está orientado, desgarra.