Michel Onfray viene de publicar un libro en el que arremete contra Freud. En la entrevista que le realiza Reneé Kantor se despacha a gusto con el inventor del psicoanálisis y sus seguidores: Echale la culpa a Freud
«-¿Por qué se enseña en la Universidad Popular de Caen el psicoanálisis, si usted considera que es una fabulación?
-La Universidad Popular de Caen la creé en 2002 para enseñar libremente, lejos de las leyendas de las que la universidad oficial vive. Le pedí a una amiga psicoanalista que enseñara el psicoanálisis de la misma manera que, ateo, solicité a una persona católica que asegurara un seminario. Mi concepción libertaria de las cosas me hace creer que del debate y la confrontación puede surgir una opinión autorizada. Lo contrario de lo que piensa y practica la milicia freudiana.
-“El crepúsculo de un ídolo” se presenta como una lectura nietzscheana de Freud. ¿Qué quiere decir con esto?
-Para Nietzsche una filosofía es siempre la confesión autobiográfica de su autor. Esta verdad funciona para él , por supuesto, pero también para todos los filósofos. Ahora bien, Freud fue un filósofo y su producción obedece igualmente a las mismas leyes: ellas constituyen una respuesta válida a las preguntas de Freud, claro, pero seguramente no es una respuesta universal válida para todos los hombres. Por encima del bien y del mal, por encima de todo juicio de valor, yo me propuse deconstruir el mito de un Freud científico descubriendo un continente, el inconsciente, como Copérnico descubrió el heliocentrismo o Darwin la evolución de las especies. Freud nunca fue un científico, sino un artista, un escritor, un filósofo. De ahí, a hacer de él un genio científico, hay un mundo… Lo que hago con Freud, pero lo hago con todos los filósofos desde hace ocho años en la Universidad Popular, es lo que Sartre llamaba “un psicoanálisis existencial”. Libre el lector, luego, de creer en las aserciones pretendidamente científicas de Freud o no. Por mi parte, yo ubico a Freud al lado de Nietzsche o de Kierkegaard, sin ningún valor científico universal, pero con un real valor filosófico individual, subjetivo. Un pensamiento se refuta, no la vida filosófica que la acompaña: refuto el pensamiento freudiano, pero no la vida filosófica de Freud.»