El colosal error de la guerra en Irak. Malou Innocent recopila argumentos, bastante contundentes aunque también faltos de saña, habida cuenta de la palabra “error” en el título.
«Como The Economist detalló hace unos meses, la tortura se ha vuelto una práctica común en el régimen del primer ministro Maliki, quien cuenta con el respaldo de EE.UU. Las tácticas de censura de la era de Hussein también están resurgiendo. El gobierno anunció planes de censurar libros importados e Internet, y de remover el anonimato que protege a los que envían correos electrónicos y a los blogueros. Estas políticas represivas son muy parecidas a las impuestas por otro dictador de la región respaldado por EE.UU.: el presidente egipcio Hosni Mubarak. Como lo demuestran el Egipto y el Irak de hoy, países con elecciones, pero sin normas liberales pueden, simplemente, ser caricaturas de democracias.
Una cuarta consecuencia de la guerra en Irak —y que debería determinar si es considerada o no un éxito— es que contribuyó en poco o nada a mantener a EE.UU. seguro de los ataques de Al-Qaeda. En este aspecto, lo que hace de la “guerra de Bush” en Irak posiblemente uno de los errores estratégicos más grandes en la historia estadounidense no es solamente la larga lista de fracasos que causó, sino las oportunidades que Estados Unidos perdió. El desastre en Irak desplazó unos muy necesitados recursos de inteligencia, atención pública y supervisión del Congreso de la guerra olvidada en Afganistán.»