“MIENTRAS los principales medios de comunicación del mundo se muestran espantados por la pesadilla del
Prestige, nuestras autoridades, atrapadas por el pánico, están siendo incapaces de comprender el alcance de la emergencia en la que se debate nuestra tierra. Galicia vuelve a sufrir la maldición de la improvisación, la desidia, el abandono, la incompetencia y la ausencia de talla política de sus responsables públicos.” Lo que está pasando aquí merece entrar con el número 1 en una antología del disparate y el humor negro. Como pequeño ejemplo, sepan ustedes que en la zona del hundimiento del Prestige hay una fragata portuguesa y un barco y un avión de esa nacionalidad vigilando el surgiemiento de nuevas manchas y la evolución de las existentes. No hay ningún barco ni avión español.
Emergencia, de
Enrique Curiel.