Me ha hecho gracia (por haberlo vivido en mis propias carnes más de una vez) esta anécdota que cuenta Care Santos sobre una vez que tuvo que comprar un libro escrito por ella misma y el librero no supo localizarlo demasiado bien. Clientes muertos y libreros torpes.
«(Cara de fastidio del Librero, como si le estuviera molestando mucho con mis preguntas. Va hacia el ordenador.)
LIBRERO: ¿“Los que suben”?
YO: (copiando su cara de fastidio) “Los que rugen”.
LIBRERO: ¿De qué editorial has dicho?
YO: Páginas de Espuma.
LIBRERO: ¿Recuerdas el nombre del autor?
YO: Sí. Care Santos.
LIBRERO: ¿Care con K?
(¿Cuántas veces he oído esta pregunta a lo largo de mi vida?)
YO: Care con C. C de Cabreada. De Camión. De Calambre.
LIBRERO: ¿Es un autor español?
YO: Sí. Española. Es una mujer.
LIBRERO: ¿Sabes si es un autor vivo?
YO: Sí lo sé. Viva.
(“Pero con ganas de matar”).»
2010-06-14 14:55
Convendría saber si no la reconocería el librero porque hay veces que los autores vienen a “mover” sus libros sin decir que son los autores y ay de ellos como el librero les pille antes.
2010-06-16 01:34
Pues a mí lo que me sorprendería es que el librero le dijera donde está su libro o conociera el libro, a la autora o la editorial. Son millones de autores, libros y editoriales que nacen como setas y flor de un día. Yo creo que a la chica le sobra un poquito de ego.
2010-06-16 01:35
Sí, tiene pinta que está encantada consigo misma, pero yo iba más por la desidia del librero, que me la he tragado yo más de una vez. Recuerdo en particular una vez buscando una copia de “La Regenta”, que la de la librería me dijo “¿Como era el autor? ¿Calvín?”