Gata Vagabunda traduce un texto de Fulvia Caprara donde se cuenta ese momento irrepetible y apasionante en el que se encontraron por vez primera dos genios como Ingmar Bergman y Federico Fellini. Bergman & Fellini.
«La amistad imposible había comenzado en Roma, en el 68, periodo de Pascua, poco antes de que en París estallase el mayo de la revolución: “Cuando se encontraron fueron al instante como hermanos. Se abrazaron, se echaron a reir por el mismo motivo, como si hubiesen vivido juntos toda la vida”. Justo después, cuenta Liv Ullmann en la autobiografía Changing, Ingmar Bergman y Federico Fellini “paseaban por las calles, cogidos del brazo. Fellini con su teatral capa negra, Ingmar con su sombrero y un viejo abrigo de invierno”. La fecha de nacimiento de la idea de un film a cuatro manos sucedió en aquel día especial, durante la comida en casa de Fellini, con el maestro sueco sentado en una esquina al lado de Giulietta Masina y ella que, en un momento dado, para vencer la timidez “había empezado a cantar. Una voz alta y clara como la de un niño”. La obra, cuenta Aldo Garzia en el libro Bergman. El Genio, no vio nunca la luz. Pero en los motivos del fracaso de aquella extraña alianza está la crónica de cómo y por qué los polos opuestos se atraen. Siempre: en el amor, en la amistad y también en el cine.»