Vicente Romero, sobre los barrios marginales, en este caso de Buenos Aires, y la naturaleza de la pobreza, su delincuencia frente a la trajeada: Zona peligrosa.
«Para sobrevivir se ven impelidos a delinquir: a construir su hogar en una chabola, a conectarse ilegalmente al tendido eléctrico, a atentar contra una sacrosanta propiedad privada siempre ajena. Gente peligrosa que ambiciona comer cada día y es sospechosa de necesitar el contenido de los bolsillos de quienes llegan en taxi a retratar el escenario de sus desdichas.
Hay quien, además de temer la amenaza de los marginales, parece creer que la pobreza sea contagiosa. Recuerdo un corresponsal español en Buenos Aires —un hombre de izquierdas por cierto— que, cada vez que tenía que hacer una crónica de la injusticia llevaba en el bolsillo un envase de alcohol en gel, para desinfectarse las manos. Lógico que cuanto más conscientes están los privilegiados, más les aterre pensar que las carencias se peguen como las enfermedades. De un robo se recuperarían enseguida. Pero enloquecerían de ansiedad si quedaran atrapados entre las infraviviendas de una villamiseria.»
2010-06-10 15:42
Es más que obvio que en el artículo la pobreza y los pobres son utilizados descaradamente como un mero pretexto para mostrar lo íntegro, intrépido y solidario que resulta el autor. No es el primero en hacerlo, desde luego, ni será el último. La miseria siempre ha constituido un magnífico telón de fondo para las poses melodramáticas. Pero no deja de resultar ligeramente impúdico. Sólo ligeramente, eso sí. Y ni siquiera, me temo, para todo el mundo.
http://antoniolopezpelaez.com
2010-06-10 15:48
Entiendo lo que dices, sí, pero la otra postura es el cinismo o los ojos cerrados. Además, Vicente Romero lleva muchos años denunciado, desde el periodismo, situaciones parecidas: puede que lo haga para sentirse mejor consigo mismo o para quedar bien ante los demás: pero lo hace, y otros no.
Saludos