En 1984 un escape de gas de una industria de pesticidas estadounidense instalada en India mató a decenas de miles de personas. Veinte años después se condena a dos años de prisión a un puñado de responsables. Ramón Lobo, Bhopal, 25 años de vergüenza
«El responsable último de aquel envenenamiento colectivo es una multinacional estadounidense, la Union Carbide, ahora bajo el paraguas mayor de Dow Chemical. Eligió India por sus sueldos de miseria y la escasez de controles medioambientales. La regla es simple: menos gasto más beneficio. Es capitalismo puro, salvaje, aunque también se llama explotación.
Hay más escándalo social y político hoy por el vertido petrolero del golfo de México, que aún no ha matado a nadie, que por la impunidad de uno de los mayores crímenes químicos de los últimos años. Me gusta lo que dice en la BBC uno de los supervivientes, Ashutosh Jhureley: “Justicia retrasada es justicia negada”.»