Una de desmitificaciones: Pistoleros de leyenda: Billy the Kid. JDJ consulta fuentes y perfila cómo fueron los pistoleros del oeste que el cine mitificó más tarde: ser, fueron, pero fueron mucho menos.
«o primero que tenéis que hacer si queréis acercaros al fenómeno de los pistoleros del Far West es borrar de vuestra memoria la imagen de dos tipos de nervios de acero acercándose lentamente el uno al otro en una calle desierta, compitiendo a ver quién es el primero que saca el arma y dispara, o lo hace más rápido. Olvidaros de eso. La principal herramienta de un buen pistolero no era la rapidez, sino la puntería. El mejor pistolero era el que acertaba en el primer disparo en algún sitio, a ser posible definitivo, no el que sacaba antes. También deberéis olvidaros de las cartucheras. Si pudiéseis viajar en el tiempo y poder ver con vuestros propios ojos a Wyatt Earp, o a los hermanos Dalton, o a Billy the Kid, les veríais llevando sus armas en bolsillos o cinturones, rara vez en cartucheras; y, como le ocurre a William Manning, el pistolero encarnado por Clint Eastwood en Sin perdón, observaríais que la mayoría de ellos preferirían un rifle a un revólver. Y su principal preocupación no sería sacar primero, ni siquiera acertar en algún sitio importante; la función del primer tiro de un pistolero era, simple y llanamente, dar. Porque 999 de cada 1.000 veces que un humano, por muy campeón olímpico de tiro que quiera ser, saca su arma inopinadamente y dispara sin apenas poder pensar, le acierta a Venus, no, desde luego, a su objetivo. Por ello, lo importante era acertar, aunque fuese en un dedo del pie.»