¿Son ustedes extremadamente asíduos a LdN? Pueden estar tranquilos: no son adictos. La “adicción a Internet” fue inventada como broma por Ivan Goldberg en 1995 y de ahí se convirtió en una leyenda urbana que nunca ha podido probarse científicamente. Manuel-Ángel Méndez lo explica en El mito de la adicción a Internet.
«La sorpresa llegó días después. Recibió decenas de mensajes de gente que se identificaba con el problema. Sus colegas de profesión abrieron un intenso debate. La idea se extendió. Ese mismo año, la psicóloga Kimberley Young, referente en la materia, fundó el Centro para la Recuperación de la Adicción a Internet (netaddiction.com). Los medios comenzaron a hacerse eco. La bola de nieve ya era demasiado grande para detenerla.»
2010-06-03 15:55
La cuestión, me parece a mí, es el ansia generalizada por convertir cualquier problema en una enfermedad. Nadie quiere (o queremos) asumir la responsabilidad de nuestros actos u omisiones, de manera que optamos por atribuirlos a dolencias que se nos imponen desde fuera y sobre las que carecemos de control. En cualquier caso, el fenómeno no es nuevo. Ya Goethe, hace más de doscientos años, expresaba su temor de que el mundo moderno acabaría por convertirse en un gigantesco hospital. Y Jules Romains sostenía que, cuando la cultura es incapaz de hacer frente a la sensación de vacío y pánico a la que todo hombre está predispuesto, otros agentes se adelantan para recomponernos con terapia, con pegamento, con eslóganes o con saliva. También el Gran Inquisidor de Dostoyevski concluía que la humanidad es frágil y no puede soportar la libertad, sino que exige milagros, misterio y autoridad. Tanto da, añado yo, que los proporcione alguien vestido con una sotana negra o con una bata blanca.
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