Se ha acabado Lost y sorprende su capacidad para generar expectación con la relativamente poca repercusión en lo que a audiencias se refiere, al menos en España. Guillermo Zapata analiza este fenómeno y los puntos clave de la serie para provocarlo: Perdidos en Cinco Piezas.
«a conseguido construir una narración que funciona solo a partir de la serialidad. Solo por sus constantes interrupciones. Solo a partir de la espera semana a semana. Del “venir a por más”. Pura televisión.
Ha sido, además, televisión muy inteligente. Que ha sabido capturar a su audiencia con una actualización de los clásicos lugares comunes del medio televisivo: El héroe, el triangulo amoroso, la tensión sexual no resuelta, los giros imposibles y melodramáticos, los repartos amplios, las grandes historias de amor y desamor, cierta sensiblería, los “one liners” la explotación de los arquetipos, etc. Y a partir de ahí le ha ido planteando un reto cada vez más complejo con una ruptura absoluta de las convenciones del tiempo y el espacio que han llegado a desgarrar el tejido mismo de su realidad. De flasbacks a flasforwards, de tiempo lineal a diferentes líneas temporales, de un universo a varios, etc.
Además de ser pura televisión ha sido televisión orgullosa de serlo. Televisión que ha homenajeado desde los seriales matutinos a los programas de aventuras (No en vano empezó siendo una versión de ficción de supervivientes) pasando incluso por el culebrón latinoamericano o las series de ciencia ficción de bajo presupuesto.»