Álvaro Colomer habla con Anna Caballé, una de las co-autoras de la reciente biografía de Carmen Laforet, sobre el misterioso silencio que ha acompañado durante toda su vida a la escritora catalana. Anna Caballé y el misterio en torno a Carmen Laforet.
« Pocos escritores han ejemplificado de un modo más evidente la imposibilidad de escribir sobre temas que no nos apasionan. Cuando dejó de escribir sobre sí misma, perdió el interés por la literatura. ¿En qué momento de su vida empezó a hacerse patente esa grafofobia que ella misma se diagnosticó o, como diría Vila-Matas, ese acercamiento hacia el silencio narrativo?
El nudo del problema se manifiesta con la escritura del segundo volumen de su trilogía, ‘Al volver la esquina’, en torno a 1963. Ella tiene 42 años y está intentando un cambio de estilo radical, escribir de acuerdo con unos parámetros literarios próximos al realismo mágico que se impondría rápidamente, pero es un modo de escribir en el que no está a gusto y entonces encalla. Porque nunca se plantea volver atrás y recuperar su veta autobiográfica. Después, en 1970, la prohibición de su marido, Manuel Cerezales, de escribir sobre su pasado conyugal le hace esa vuelta imposible. En realidad, era una prohibición que no tenía ninguna validez legal, porque nadie puede imponer a nadie este tipo de interdicción, de ‘fatwa’. El problema de Laforet fue la autocensura, eso la bloqueó.»