El Gobierno acaba de lanzar la idea (vieja, por otra parte, pero de aplicación inminente si se dice ya tan claramente) del copago en la Sanidad Pública. Ramón Castro reflexiona sobre su sentido y sobre lo que vendría detrás si se pusiese en marcha: Copago para todo.
«Estos ciudadanos, además, aluden a que ellos, con sus cotizaciones sociales, han de pagar la asistencia a inmigrantes que no tienen, según ellos, esos derechos. Un simple vistazo a la legislación sanitaria demuestra que están equivocados pues la Ley 14/1986, de 25 de abril en su artículo primero consagra el derecho a la salud y a la atención sanitaria en base al concepto de ciudadano y no de afiliación y alta al Sistema de Seguridad Social. Así establece que “son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y extranjeros que tengan establecida su residencia en territorio nacional”. Además, la financiación del sistema sanitario, desde 1999, se realiza a través de los impuestos y no a través de las cotizaciones sociales (Fuente). Los inmigrantes también pagan IVA, por ejemplo, como todos.
Estas opiniones recuerdan a las recientes leídas en foros acerca de lo contenta que está parte de la sociedad porque a los funcionarios se les bajen los sueldos y, también, a aquellas más antiguas de lo contentos que estaban muchos funcionarios porque ahora a yesaires, tabiqueros y albañiles no les fuera tan bien como hace algunos años. Son las decisiones de un Ejecutivo que provocan esta división, división temporal no obstante porque con la reforma laboral que se avecina todos los trabajadores, funcionarios y no funcionarios, van a ver reducidos sus derechos y retrotraídos éstos unos 60 años.»