Que la justicia está muy politizada es algo conocido. Que te lo diga expresamente un vocal del CGPJ, es para pensárselo mucho, y es evidente que se requieren medidas para arreglar semejante estropicio. El propio José Manuel Gómez Benítez, el vocal de quien hablamos, denuncia y propone: El gobierno de los jueces
«Es útil recordar que los grupos parlamentarios seleccionaron a los vocales judiciales del Consejo de entre aquellos jueces que previamente habían sido elegidos por sus propias asociaciones, y que todos los candidatos elegidos por los jueces no asociados fueron ignorados por el Parlamento. El resultado es que 11 de los 12 vocales judiciales pertenecen a las dos asociaciones mencionadas. La politización del Consejo es, por tanto, ante todo corporativa. La responsabilidad del Parlamento fue preterir a los jueces no asociados y fortalecer hasta límites incomprensibles en un Estado moderno el poder de dos asociaciones de jueces en el Consejo del Poder Judicial.
Aunque las asociaciones de jueces tienen prohibido tener vinculaciones con partidos y sindicatos, la realidad es que se comportan como ambos a la vez. Como sindicato, la APM ha llegado a convocar una huelga de jueces al pretendido amparo de la legislación laboral. Como partido, las asociaciones más representadas en el Consejo condicionan todas las medidas trascendentes de la política judicial, incluso aquellas que no forman parte de sus fines lícitos, como los nombramientos de la cúpula judicial, y, en concreto, dirigen desde hace años, con la connivencia cómplice de algunos vocales no judiciales, los pactos para el reparto de las presidencias y altas magistraturas.»