Los deportes de los medios del grupo PRISA están revolucionados estos días con los casos de Paco González y sobre todo con el de Manolo Lama, que se burló de un mendigo alemán en directo en el informativo de Cuatro. Sin embargo, como Manuel Marlasca, empiezo a estar más preocupado por el linchamiento al periodista que por el acto en sí. Manolo Lama y Paco González, distintos fusilamientos.
«Fue, desde luego, desafortunado. El propio Lama se ha dado cuenta y hoy ha pedido disculpas en directo, en la web de Cuatro y allí donde le han querido oír. La jefa de programas de la cadena, Elena Sánchez, ha reiterado las disculpas a través de su cuenta en Twitter. No ha servido de mucho, porque el fusilamiento ha proseguido. Y esto ocurre en un país donde las cadenas de televisión llenan de bazofia las noches de los viernes con sus programas del corazón; donde la presentadora estrella de la mañana da lecciones de moralidad después de copiar una novela y publicarla; donde los mal llamados programas de sucesos se han convertido en contenedores de basura, capaces de llevar al plató a casi cualquiera; donde hay realitys en los que se puede ver a parejas retozando bajo los edredones o platós en los que cualquier macarra amenaza a unos y a otras con dar yoyas… Es decir, en un país donde el buen gusto, la seriedad y hasta la honestidad en la televisión brilla por su ausencia. Manolo Lama se equivocó, desde luego, pero aún estoy esperando disculpas de muchos otros que tendrán muchos más motivos que él para pedir perdón.»