Ignacio Escolar hace un análisis pesimista y duro del plan de recortes planteado por el presidente del gobierno español en el día de ayer, criticando principalmente el hecho de que sea contrario a la ideología que supuestamente defiende. Y Zapatero cogió la tijera.
«Hay dos maneras de explicar lo sucedido y ninguna de ellas es bonita. La primera posibilidad, que la crisis es aún peor de lo que nos contaron, más dura de lo que el propio Zapatero quiso asumir; que sin este ajuste sólo nos queda la tragedia griega. La segunda, me temo que más probable, que el miedo a Grecia es sólo el lobo feroz de este cuento donde el resto somos los corderos. Que el poder político ya no tiene mucho que decir, que puede que en el Parlamento resida la soberanía popular pero que hay otros soberanos, los mercados, que son ahora los que imponen sus reglas. Que la receta económica son lentejas: que si quieres las tomas y, si no, te llama Obama para que no te las dejes. Que esta cirugía con serrucho –que tan desastrosa puede ser para el empleo o para reactivar el consumo– es una operación impuesta; una obligación que marca la solidaria familia europea como condición para el blindaje frente a los especuladores de esos vagos PIGS, que tanto duermen la siesta.»