Lean, y verán que tampoco han cambiado tanto los tiempos: Lecciones para ser un buen Hidalgo (o al menos parecerlo). Iñaki nos lleva por la forma de vida y apariencia de los hijos dalgo de nuestro Siglo de Oro. Para saber más: Hidalgos pobres, podcast (5 minutos) de Nieves Concostrina.
«En la corte española del Siglo de Oro había dos formas de poder tener una existencia más o menos aceptable. Una era siendo un Hijo de Algo, es decir, un hidalgo de noble cuna y rancio abolengo cuyos apellidos se pierdan en raíces godas ( Los Godos eran considerados la raíz de la más pura nobleza, libres de sangre mora y judía) y la otra forma consistía en simplemente parecerlo.
No importaba si habías caído en desgraciada o no tenías donde caerte muerto, si sabías guardar las formas era posible medrar entre la sociedad cortesana del XVI y tan sólo hacía falta seguir ciertas recomendaciones dadas por el mayor truhán de la literatura española, Don Francisco de Quevedo.»