Miedo al Islam, de
Adrián Mac Liman: “El miedo al “otro”, al Islam, al turco, tiene sus raíces en el subconsciente colectivo. En este contexto, conviene recordar que hasta mediados del siglo XIX, los confines del Imperio Otomano se hallaban más allá de los Balcanes. La Sublime Puerta se había adueñado de Grecia, Serbia, Bulgaria, Rumanía, administrando también algunas… provincias polacas. Budapest y Viena tuvieron que afrontar la ofensiva de las huestes de jenízaros. La guerra de Crimea y las campañas balcánicas del ejército zarista acabaron con el poderío otomano en el Viejo Continente. Sin embargo, un siglo más tarde, el antiguo libertador eslavo se convertía a su vez en ocupante. Hoy en día, algunos politólogos de Europa oriental coquetean abiertamente con la idea de revisar la historia de sus respectivos países, tratando de hacer hincapié en los aspectos positivos de la colonización otomana. Para ellos (y no sólo para ellos), el Islam turco no es fanático ni violento. Se trata, pura y simplemente, de la encarnación de un amplio movimiento de protesta contra la corrupción reinante en la vida política turca, contra la ineficacia de las estructuras socio-políticas ideadas e introducidas por los partidos laicos.”