Da variadas razones Sami Naïr para pedir la erradicación del velo en los espacios públicos, por encima de todo la igualdad de sexos; estoy con él, aunque considero que los contextos hay que tenerlos muy en cuenta siempre: El velo.
«Frente al desnudo del cuerpo, el individualismo, la mercantilización de las relaciones humanas y el relativismo en los valores, el fundamentalismo responde con signos de protección como el velo y la solidaridad de los miembros de la comunidad, con la afirmación dogmática de valores intangibles y con la distinción religiosa. Una respuesta que no tiene nada que ver con una interpretación culta ni propia del islam.
Hoy el velo puede interpretarse de varias formas: como una postura tradicionalista, que muestra, sobre todo, el respeto a una costumbre; como afirmación de resistencia social (contra los ricos), nacional (contra los colonos), sexual (contra los hombres que acosan); como adhesión ideológica integrista, que elige la sharia para fundamentar el orden social y político; como un cambio identitario –que supone una readaptación del islam frente a una globalización que lo demoniza, sobre todo en el discurso de Occidente–, a lo que se añaden ciertos movimientos feministas islámicos para los que llevar el velo se traduce en una “feminización de la religión”, que permite a las mujeres acceder a responsabilidades sociales y políticas.
El integrismo quiere utilizar el pañuelo como arma política, porque se basa en una radical ignorancia del islam. Es esto lo que falsea el debate y confunde todas las referencias, y además constituye la razón por la que los musulmanes, en su gran mayoría, rechazan el extremismo.»