Las líneas del Manifiesto: Por una vuelta al sentido común en la enseñanza son intencionalmente sencillas, demasiado para mi gusto, pues dejan muchos cabos sueltos sin atar en aras de la claridad. En general se pide una vuelta a la enseñanza pre-LOGSE con mejoras puntuales.
«5. Que en la promoción profesional de los profesores se valore de verdad el saber. Actualmente, por ejemplo, para acceder a una cátedra puntúan más los cursillos y los cargos directivos que los méritos académicos, los libros y las publicaciones. Y por buenas que puedan ser éstas, no cuentan absolutamente nada a la hora de reconocer los complementos de productividad, para cobrar los cuales es indispensable realizar unos cursos, la mayoría de ellos inútiles y alejados de la realidad de las aulas. El saber y la excelencia están hoy día, en el mundo de la enseñanza, perseguidos y despreciados.
6. Para que esta nueva ley sea posible, es indispensable, en primer lugar, que quienes elaboraron la LOGSE y la LOE reconozcan de una vez el monumental error y la necesidad de rectificar, y en segundo lugar, llegar a un pacto de Estado para dejar la educación al margen de la contienda política. A continuación, nombrar una comisión con representantes de todos los partidos para la elaboración de una nueva ley de educación. Los miembros de esta nueva comisión han de ser profesores (no pedagogos), y los partidos han de procurar nombrar a sus representantes en función de su valía profesional, no de su fidelidad política.»