La Carta abierta al Sr. Ministro de Educación Ángel Gabilondo Pujol de Ramón Castro Pérez sirve como un ejemplo más de cómo funciona el sistema educativo y de cómo, en general, tenemos todos lo que nos merecemos. Se trata del proceso de selección del nuevo director del instituto.
«Tras la defensa de lo que el candidato calificó como su proyecto, me dirigí a él y tras recordarle algunos de los muchos errores que había cometido presenté copias del proyecto plagiado, con cinco años de antigüedad, recordándole lo que ya he escrito en las líneas anteriores. No es honesto cometer plagio, máxime tratándose de un proyecto de dirección de un centro educativo para cuatro años, no es profesional ni siquiera revisarlo y no es admisible que un docente copie, que dé el cambiazo.
Cuando ninguno de los allí presentes (cuatro alumnos, un miembro del P.A.S, un representante del Ayuntamiento, tres madres, un representante de la Inspección Educativa y ocho docentes más sin contarme a mí) pidió cotejar los proyectos o, simplemente, mirarlos supe que todo estaba perdido y el candidato supo que todo estaba ganado. Ninguno de los allí presentes se sorprendió porque el futuro Director copiara. Ninguno le dió importancia y, es más, se recordó que allí había que calificar si el proyecto era bueno o no, no si era copiado.»
2010-04-30 18:35
Espeluznante. Tenemos, efectivamente, lo que nos merecemos.