Joaquín Rodríguez hace un estupendo manifiesto Por una biblioteca diferente, una que se adapte a los nuevos tiempos, a lo digital, a las redes sociales, comunicar…
«4. abrir la biblioteca a cierto grado de cogestión y participación ciudadana: las redes sociales tienen valor, en todo caso, si además de comunicar el calendario de actividades y realizar algún tipo de encuesta informal cuya muestra carece de valor, derriba en alguna medida sus muros y la abre a formas controladas de cogestión ciudadana, como la clasificacion y valoración de sus contenidos y de su oferta;;
encarnar el cambio en los espacios: si la biblioteca es un centro de comunicación e información, un lugar abierto a la participación, sus espacios deben reflejarlo; ensayar con la creación de nuevos “espacios” de acceso a la información;
gestionar la complejidad derivada de la propiedad intelectual: copyright, pero también creative commons, o color iuris, o licencias de uso, licencias colectivas, licencias no exclusivas, etc., etc.»