Rodrigo Alonso aprovecha la muestra sobre el Futurismo en la capital argentina para repasar la historia del futurismo y su importancia en al arte moderno: El futurismo aterriza en Buenos Aires.
«El futurismo tuvo diferentes etapas y protagonistas. Tras la publicación del manifiesto en París, cinco pintores se sintieron inmediatamente identificados con sus ideas: Umberto Boccioni, Giacomo Balla, Gino Severini, Carlo Carrà y Luigi Russolo. Ellos firmaron un Manifiesto de la pintura futurista en 1910, y se convirtieron en sus principales exponentes. En sus obras, plasmaron una serie de innovaciones formales que enarbolaron como aportes propios de la estética futurista: la representación visual del movimiento, la disolución de las figuras, la creación de líneas de fuerza compositivas, la interpenetración de los cuerpos plásticos. Boccioni extendió estos principios a la escultura, al abrir los volúmenes escultóricos al espacio circundante. Y Marinetti hizo lo suyo en el ámbito de la poesía, cuando propuso la independencia de las palabras de las normas de la gramática, el uso de las onomatopeyas y la variación tipográfica como medios para ampliar los sentidos: una escritura basada en las “palabras en libertad”.
Sin embargo, el movimiento no se limitó a estos recursos, más bien tradicionales. En 1913, Luigi Russolo abandonó la pintura para dedicarse al sonido, e incorporó los ruidos maquínicos al campo de la música. Para esto, creó unos instrumentos especiales, los Intonarumori , y completó su tarea con la redacción del manifiesto El arte de los ruidos.»