Pablo Salvador Coderch critica con dureza al tribunal español más mediático, achacando buena parte de los males que ahora le aquejan a su propio origen y estructura: La Audiencia Nacional como problema (vía Andrés Boix).
«En nuestro sistema procesal histórico, que es el inquisitorial, el juez inquiere, no es un árbitro imparcial sino un investigador que ordena y dirige las pesquisas del caso. Esta tradición grava las maneras de hacer de nuestros jueces, pero la Audiencia Nacional las amplifica desmesuradamente por varias razones: el poder inmenso que sus órganos concentran, su especialización en el enjuiciamiento de hechos muy notorios y la propensión de algunos de sus jueces de instrucción a eternizarse en las plazas que ocupan, cuando no a ser devorados por el rol que interpretan.»